El presidio o fuerte español era un tipo de fortificación con origen en la arquitectura militar del Imperio romano, usado para el acuartelamiento de tropas. Su función era la propia de un baluarte fronterizo de defensa, a saber, el amparo y pacificación territorial. Su idea táctica principal es establecer una «cortina defensiva».

En México, se denomina "presidio" a las fortificaciones construidas en el periodo novohispano en las fronteras del imperio español como estrategia para la colonización del territorio. Incluían por lo general viviendas, capillas, graneros y otros usos en construcciones de piedra con pocas puertas y ventanas, y espacios abiertos en los que había huertos, norias y construcciones hechas de materiales perecederos.^[1]​